Tuesday, March 31, 2015



Supe que era ella desde el primer timbrazo. 

Dudé en contestar pero pudo más mi morbosa curiosidad que mi sentido de preservación.

Levanté el auricular.

--“tu amor es deplorable, al igual que tu presencia física.  Tu corazón es el lugar más lúgubre que he conocido, vos no sos hijo de Dios sino más bien del Dr. Frankenstein.  Tu pensar y actuar es diabólico, lo que antes me hacia reír hoy me asquea.  Extraviarse en ti es peor que ser condenado al infierno.  Tus palabras corruptas y la procacidad que te fluye tan natural y antes me enloquecía de pasión ahora me provoca nauseas.  Ahora solo te pido que te pierdas y te pudras y ojala vivas para siempre.”--

Colgó.

Encendí un cigarrillo, me saque la verga y me hice una paja pensando en la princesa que acababa de robarme el corazón.



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